Prohibición del Glifosato. Que mejor, todavía no...

Prohibición del Glifosato. Que mejor, todavía no...

El glifosato se utiliza como principio activo en herbicidas, cuyo uso aumentó en las últimas décadas principalmente por su eficacia para eliminar químicamente malezas como pastos y plantas consideradas como "mala hierba". Es, probablemente, el herbicida más utilizado a nivel mundial, en México en particular, señaló la Dra. Patricia Ramos Morales, academica de la facultad de Ciencias de la UNAM.

Infografía Glifosato. Fuente: CONACYT

En los cultivos transgénicos, se han introducido modificaciones para que las plantas sean resistentes al glifosato, por lo que no interrumpe su producción de aminoácidos. “Así, por ejemplo, en cultivos de maíz transgénico, el glifosato provoca la muerte de la maleza, evitando que compita por agua, recursos y energía solar”, refiere. Aunque los fabricantes han asegurado que este compuesto es "inocuo".

Malezas y Arvences: Fuente: SEMARNAT

No obstante existen evidencias que sugieren alteraciones indirectas por no ser un herbicida selectivo como la afectación a otras plantas, a los microorganismos. Los residuos de glifosato pueden contaminar el agua y a los seres vivos, causando daños respiratorios, aumento de estrés oxidativo, atraso en crecimiento y lo más preocupante es su posible efecto como generador de cáncer. https://ciencia.unam.mx/leer/1089/glifosato-herbicida-que-no-hace-dano-

“Las dependencias encargadas aún sin alternativa de herbicida de amplio espectro y de baja toxicidad que permita sustituir el glifosato en México”

El 31 de diciembre de 2020 se publicó un decreto en el DOF que causó gran revuelo por establecer las medidas a seguir por las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal para lograr la sustitución gradual del uso, adquisición, distribución, promoción e importación del glifosato en el país, así como de los agroquímicos que lo contienen como ingrediente activo. Para lograrlo se determinó como fecha límite el 31 de enero de 2024.

Sin embargo, el plazo se pospuso hasta el 31 de marzo. Tras el lanzamiento del segundo decreto de AMLO publicado en febrero del año pasado, también se proscribio el uso de maíz transgénico para consumo humano. Así mismo, AMLO aseguró que el Conahcyt encontrará el sustituto del herbicida, antes de que termine su sexenio, el próximo 1 de octubre.

AMLO promete encontrar sustituto de glifosato antes de terminar sexenio

El Decreto presidencial publicado en el DOF el 13 de febrero de 2023 , condicionaba la abstención de otorgar autorizaciones y la revocación de registros en tres puntos clave: Mantener la producción agrícola, Disminuir el posible impacto por la sustitución de la sustancia, y Contar con las alternativas, prácticas agroecológicas y saludables que permitan prescindir completamente del herbicida.

Este último continúa en proceso y las autoridades aún buscan opciones disponibles y suficientes para poder estar en condiciones de ser aplicados y comercializados a nivel nacional. Habrá que considerar que aunque la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) cuenta con la capacidad de evaluar dichas alternativas, lo atenderá cuando éstas se encuentren disponibles.

El compromiso del Gobierno Federal de implementar dicha prohibición en 2024, se enfrenta a varios desafíos como:

Complejidad en la Sustitución, Disponibilidad y Producción, Costos y Accesibilidad, Cadenas de Comercialización, Evaluaciones Científicas Rigurosas, y finalmente; Educación, Capacitación y Adopción.

Lograr este objetivo es un proceso complejo y que involucra múltiples factores. Las investigaciones mexicanas continúan en desarrollo, por lo que el Gobierno Federal ha pospuesto la prohibición del glifosfato, dada la falta de alternativas viables que permitan totalmente su reemplazo. El Consejo Nacional de Humanidades Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT) ha presentado los siguientes avances en cuanto al cumplimiento del decreto.

En dicho comunicado se menciona un “avance, con una base científica robusta”, que prueba que los cultivos donde se implementan prácticas libres de agrotóxicos, como el uso de bioherbicidas desarrollados con tecnología mexicana, presentan mayores rendimientos y contribuyen a fortalecer las redes campesinas; además, ofrecen la producción de alimentos saludables sin causar daño a los ecosistemas, comento la directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conahcyt), Dra. María Elena Álvarez-Buylla Roces.

En el marco del ciclo de conferencias sobre autosuficiencia alimentaria e innovación tecnológica con prácticas sustentables, a cargo de la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), se expusieron diversas acciones y avances , en torno al Día Nacional del Maíz (29 de Septiembre), bajo el principio de “sin glifosfato, ni transgénicos”. Al exponer avances se destacó la reducción de importaciones de glifosfato, asi como el diseño de mecanismos de acción para el desarrollo de bioherbicidas con tecnología mexicana, accesibles y libres de agrotóxicos, así como el diseño y la validación de planes para diversos cultivos, sin glifosato; lo que aseguran consignar mejores rendimientos, con rigor científico y sin menoscabo de los conocimientos tradicionales.

Además, se han apoyado 62 Proyectos Nacionales de Investigación e Incidencia (Pronaii) que identifican alternativas culturalmente pertinentes, seguras para la salud humana y para el ambiente, y se han establecido diversas acciones en 25 estados de la República. También se comentó sobre la identificación de 22 bioinsumos con potencial para ser bioherbicidas generados a partir de extractos botánicos y sales de ácidos grasos, así como otros que se elaboran con residuos industriales. Por ejemplo, destacó el caso de la fabricación de bioherbicidas a base de extractos de plantas nativas del semidesierto de Coahuila. Los aceites naturales como limoneno, así como as saponinas esteroidales presentes en los agaves son metabolitos secundarios involucrados en los mecanismos de defensa de las plantas contra el ataque de hongos, bacterias, levaduras y algunos insectos poseen efectos bioherbicidas.

Durante la exposición, Álvarez-Buylla Roces presentó la ruta que ha seguido el Conahcyt para lograr la implementación de modelos de transición agroecológica, poniendo como ejemplos su aplicación en predios de cultivos de maíz a escala comercial, en los cuales se ha logrado documentar el aumento en los rendimientos sin el uso de agrotóxicos, y el fortalecimiento de las capacidades técnicas y organizativas de redes de productores como la que prevalece en el norte del estado de Veracruz.

Un nuevo modelo llamado pentahélice del Conahcyt articula la academia con las industrias nacionales. Hasta el momento se cuenta con 22 experiencias exitosas en 12 estados, donde se consignan resultados favorables. Además, se ha publicado un expediente científico sobre el glifosato y los organismos genéticamente modificados (OGM) que reúne 271 referencias científicas, técnicas y jurídicas, con 180 artículos de rigor científico.

En un comunicado conjunto, las Secretarías de Economía (SE), de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) informaron que aún no se han concretado las condiciones para sustituir el uso del glifosato en la agricultura mexicana.

Este revés en la política ambiental subraya una tendencia preocupante en la gestión gubernamental: el minar sistemáticamente la ciencia en México. La falta de apoyo y financiamiento trasparentes para la investigación científica ha limitado severamente la capacidad del país para desarrollar alternativas internas al glifosfato, poniendo en relieve la desconexión entre las políticas públicas y las capacidades científicas y tecnológicas.

La dependencia del glifosfato no solo plantea riesgos para la salud y el medio ambiente sino que también expone a México a vulnerabilidades en su sector agrícola. La transición a prácticas de agricultura más sostenibles y menos dependientes de químicos nocivos es esencial para garantizar la seguridad alimentaria y la salud de las poblaciones futuras. Sin embargo, esta transición requiere de un marco político que realmente apoye la innovación y el desarrollo de soluciones alternativas.

A pesar de los obstáculos, la situación actual presenta una oportunidad única para que México lidere en la investigación y desarrollo de alternativas al glifosfato. Invertir en ciencia y tecnología, específicamente en áreas relacionadas con la agricultura sostenible y los herbicidas de baja toxicidad, puede posicionar al país como un referente en la implementación de prácticas agrícolas innovadoras y respetuosas con el medio ambiente.

La situación actual es un recordatorio de la importancia de fortalecer las bases científicas y tecnológicas del país, invirtiendo en investigación y desarrollo que puedan ofrecer soluciones reales a los desafíos ambientales y de salud pública que enfrenta México. Solo a través de un compromiso genuino con la ciencia y la innovación podrá el país superar las limitaciones actuales y avanzar hacia un futuro más sostenible. Sin embargo, la realidad es que estos procesos llevan tiempo. No sincronizar estos tiempos con las expectativas políticas ha llevado a postergaciones y falta de soluciones a corto plazo.

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El retraso en la implementación de la prohibición del glifosato en México y la promesa aún no cumplida de encontrar alternativas viables, plantean preguntas serias sobre la efectividad y sinceridad de las políticas gubernamentales. Este incumplimiento no solo refleja la dificultad técnica y científica de reemplazar un herbicida tan arraigado en las prácticas agrícolas modernas, sino que también destaca las limitaciones de un enfoque de tiempos "políticos". El fracaso de la política ambiental, la falta de transparencia, y la influencia de intereses del Gobierno Federal sobre la encomienda científica, pueden ser vistas como intentos para desviar la atención de una falta de acción concreta.

Similarmente, la vacuna Patria, se presentó como una solución nacional al desafío del COVID-19, impulsada por un fuerte sentimiento de la "4a Transformación", con soberania y autosuficiencia. Se reportan pruebas preclínicas que demostraron seguridad y eficacia (fase 1 y fase 2R). Hasta principios del 2023, se estaba en proceso de reclutar voluntarios para avanzar hacia una aprobación de emergencia". La prisa por desarrollar (Septiembre 2021) y autorizar (2023), una vacuna en el 2024, para ser aplicada sólo en emergencias en el 2025; lo cual no refleja una alineación con ofecer soluciones y resultados confiables para la seguridad pública y de salud. La presión ha generado promesas prematuras o expectativas no realistas. Estos retrasos y la gestión de expectativas subrayan la falta de visión y conocimiento de los procesos científicos, minando su credibilidad y confianza, generando presión sobre los científicos, asignación negativa de recursos y financiamiento, riesgo en posibles colaboraciones y alianzas.

El futuro de la agricultura en México y la protección de su patrimonio natural y humano requieren de un enfoque con mayor integración y claridad. Es fundamental que el gobierno fortalezca su compromiso con la ciencia independiente y ofrezca el desarrollo de políticas basadas en evidencias sólidas, factibles, y éticas; libres de la influencia ideológicas Obradoristas.

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