En el norte y centro de México, especialmente durante los meses fríos (noviembre-febrero), se llegan a presentar temperaturas debajo de los 0°C, debido al flujo del aire polar continental seco, proveniente de Estados Unidos. El desplazamiento de las grandes masas polares de norte a sur a finales del otoño en el país, son las responsables de las heladas más intensas. El daño causado a los cultivos depende de varios factores, como la sensibilidad de la especie o variedad, la fase de desarrollo de la planta, la intensidad y duración de la helada, y la ubicación geográfica del cultivo, entre otras.
Las bajas temperaturas en los cultivos pueden producir daños en las plantas (frío y congelación), pero los mecanismos y la tipología del daño varían considerablemente. Especialmente los cultivos frutales, hortícolas y ornamentales de origen tropical son los que llegan a tener los daños fisiológicos más notorios cuando están sometidos a temperaturas por debajo de +12,5°, siendo temperatura de congelación. Un ejemplo de los más afectados sería: cebolla, lechuga, pimiento, cereza, pepino, manzana, pera, cítricos y otros frutos con hueso. Por otro lado, arriba de 0°C es más por enfriamiento que por helada. Sin embargo, los cultivos desarrollados en climas fríos, sobreviven con pocos daños en la congelación no es muy severa, como los cultivos de: acelga, brócoli, perejil, tomate, alcachofa, coliflor, frijol, uva, ajo, espárragos, zanahoria y habas.
El estrés térmico por frío aparece entre 15° y 0°C, y por debajo de los 0°C suele producir cristales de hielo dentro de las células (intracelular) de las plantas causando “muerte celular”, esto puede resultar en el marchitamiento, decoloración y muerte de los tejidos vegetales, a esto se le llama “heladas negras”. Mientras que las “heladas blancas” (derivadas del rocío) provocan menos daño que las negras ya que el congelamiento solo ocurre en el exterior de las plantas. Asimismo, al encontrarse en una temperatura por debajo de 10°su crecimiento ya no es óptimo, provocando un déficit hídrico interno en las células de la planta y obteniendo productos cosechados de mala calidad. Además de que las heladas pueden llegar a afectar los órganos reproductivos de las plantas, como las flores y frutos, reduciendo su producción y haciéndolas más susceptibles a diversas enfermedades fúngicas y bacterianas.
Las heladas en los cultivos al tener mala calidad de los productos, la disminución del rendimiento, gastos extras por el control de enfermades y la rehabilitación del suelo, generan dificultades financieras significativas para los agricultores. Además, las cosechas dañadas pueden llevar a la pérdida de ingresos potenciales, afectando negativamente la rentabilidad global de los agricultores.
¿Cómo afecta al suelo?
Las heladas también tienen un impacto negativo en el suelo, ya que la congelación puede hacer que el suelo se expanda y contraiga, provocando compactación del suelo y reducción de la aireación, dificultando el crecimiento de las raíces y la absorción de nutrientes, afectando el desarrollo de los cultivos y alterando la actividad microbiana del suelo y los procesos de ciclado de nutrientes.
Medidas de protección
- Una forma para proteger tu cultivo de las heladas es mediante cubiertas o refugios hechas principalmente de tela o plástico. Estas crean un ambiente similar a un invernadero atrapando el calor y evitando la formación de heladas. Asimismo, el uso de mantillo alrededor de la base de las plantas puede contribuir a aislar el suelo y conservar el calor.
- La selección adecuada del sitio es importante para prevenir daños por heladas. Evitar áreas bajas donde el aire frío se acumula y elegir sitios con buena circulación de aire ayuda a reducir el riesgo. Al igual que plantar en pendientes permite que el aire frío se aleje de las plantas, reduciendo el impacto de las heladas.
- Seleccionar variedades de cultivos que tengan una mayor tolerancia a las bajas temperaturas (acelga, brócoli, perejil, tomate, coliflor, habas, frijol, etc.), ayuda a reducir el daño por heladas, ya que algunos cultivos son naturalmente resistentes a las heladas y otros fueron criados para ser resistentes a climas fríos.
- Uso de aspersores sobre y bajo las plantas, micro-aspersores, riego por tendido y niebla artificial disminuyen la energía de la helada. Las estufas de combustible sólido, líquido o gas colocadas estratégicamente también ayudan y deben funcionar continuamente por al menos ocho horas.
- Reguladores de crecimiento y concentrados solubles aplicados sistémicamente antes de la helada ayudan a aumentar la concentración de solutos en la planta y el uso de bioestimulantes como bioprotector para la planta.
- Utilizar mallas antiheladas protegen contra heladas de hasta -5°C y también protegen contra viento, lluvia fuerte, granizo y plagas. Además, es importante tener en cuenta que ningún método es 100% efectivo contra heladas de gran magnitud.
- Utilizar equipos y platsformas tecnológicos que pueden ayudar a predecir las heladas en tiempo real.
Algunas plantas, como las C4 (palmeras, tomates, etc.), tienen poca capacidad de endurecimiento contra el frío. El endurecimiento implica mecanismos de evitación y tolerancia a la congelación, como la acumulación de azúcares que disminuyen la temperatura de congelación de los tejidos. Sin embargo, el endurecimiento se pierde rápidamente después de días cálidos, aunque las yemas de los frutos pueden endurecerse nuevamente, pero a un ritmo más lento. Para evitar así, la pérdida del endurecimiento, se practica enfriar los cultivos con aspersores durante los periodos cálidos del día.
Proteger a los cultivos de las heladas requiere enfoques preventivos y creativos. La capacitación de agricultores y el acceso a información meteorológica son esenciales para una agricultura resiliente ante las heladas. La creatividad en la aplicación de estas estrategias es esencial para garantizar el éxito en la protección de los cultivos. Además, es importante saber la conexión que tienen las heladas con las sequías en los cultivos, abordando así de manera integral los desafíos climáticos en la agricultura.
¿Cómo se relacionan las heladas con la sequía en los cultivos?
La relación entre el frío y la sequía en los cultivos no suele ser muy evidente a primera vista, ya que la sequía se relaciona con la falta de agua, mientras que el frío se relaciona con temperaturas bajas. Sin embargo, hay algunos aspectos en los que el frío puede influir en la sequía, como:
- Fenómenos meteorológicos extremos: En algunas zonas, las condiciones frías suelen estar relacionadas con patrones meteorológicos que bloquean la llegada de frentes húmedos, contribuyendo así a la sequía.
- Inviernos secos: Estos pueden provocar una falta inicial de agua, afectando la disponibilidad durante la temporada de crecimiento de los cultivos.
- Heladas tardías: Estas pueden llegar a dañar a las plantas jóvenes, comprometiendo su resistencia a condiciones secas posteriores.
- Cambio climático: Estos pueden llegar a alterar los patrones climáticos, contribuyendo a sequías a lo largo del año.
Actualmente México se encuentra en medio de una crisis agrícola marcada por la pérdida de la mayor cantidad de hectáreas de cultivos desde al menos 2018, esto debido a la sequía prolongada. De enero a septiembre del 2023, el país experimentó una cifra récord de 502,550.14 hectáreas que no completaron el proceso de germinación, representando un aumento del 679.4% en comparación con el año anterior, según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
Los estados más afectados son Chihuahua, Zacatecas y San Luis Potosí, que en conjunto suman un total de 411,587.55 hectáreas perdidas, siendo la escasez de agua para riego como una de las principales causas detrás de estas pérdidas. Los cultivos más afectados son: el frijol, el maíz grano, la avena forrajera en verde, el maíz forrajero en verde y el sorgo en grano. Siendo estos cultivos una parte crucial en la producción de alimentos en México. En particular, el frijol sufrió una pérdida de 165,715.80 hectáreas afectadas durante este año, lo que podría tener un impacto significativo en los precios de la canasta básica del país.
La disminución de las precipitaciones este año en parte se debe por el cambio climático y el fenómeno “La Niña”. La escasez de agua para riego, identificada como una de las principales causas de las pérdidas, está estrechamente vinculada tanto a la sequía como a las heladas. Estas pueden agravar la situación al afectar la capacidad de germinación de los cultivos, haciendo vulnerables las plantaciones ya afectadas por la falta de agua.
El fenómeno del cambio climático es un tema que se viene estudiando por décadas debido a los evidentes cambios en los patrones climáticos producto del calentamiento global y efecto invernadero. Esto trae consecuencias como las heladas y las sequías que afectan a los productores y sus cultivos, por lo que es crucial abordar estos desafíos y ver la manera de implementar estrategias de adaptación y mitigación para fortalecer la resiliencia de la agricultura frente eventos climáticos.
¿Cuáles crees que son las medidas más creativas y efectivas que los agricultores pueden implementar para proteger sus cultivos del frío extremo y garantizar la seguridad alimentaria en la comunidad? Comparte tus ideas con nosotros.
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Referencias:
- Delgado. M. S. (2023). Las (fatales) consecuencias de las heladas en los cultivos. Prismab. https://prismab.com/blog/las-consecuencias-de-las-heladas-en-los-cultivos/
- Araya. A. M. (2019). Efectos de las heladas en la agricultura: sepa cómo enfrentar las bajas temperaturas. Universidad Católica del Maule, escuela de Agronomía. https://portal.ucm.cl/noticias/efectos-las-heladas-la-agricultura-sepa-enfrentar-las-bajastemperaturas#:~:text=%E2%80%9CEn%20la%20agricultura%2C%20las%20heladas,da%C3%B1os%20irreversibles%E2%80%9D%2C%20detall%C3%B3%20el%20docente
- Alimentación, O. D. (2010). Protección contra heladas: fundamentos, práctica y economía. Roma.